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Las tejedoras

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Las tejedoras
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historia de las tejedoras

Isaura y Angélica son dos hermanas que pasan su tiempo tejiendo y charlando en una casona de Floresta. Pero sus vidas no son nada tranquilas, el peligro de ser víctimas de un crimen, la paranoia, la amnesia y los ecos de un pasado oscuro se enredan en sus días y sus noches. Las paredes de la casa encierran secretos y desgracias antiguas. Entre agujas y conversaciones triviales se desteje un destino y se teje una desgracia.

Funciones:


  • Se realizaron funciones el 11 de junio y el 06 de agosto del 2011 en La Libre – Arte y Libros (espacio cultural, librería y galería de arte).
  • La obra se presentó en la Casa Ludovica, Moreto 561, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los sábados de septiembre a noviembre del año 2009. El espacio utilizado es una vieja casa del barrio de Floresta que se adaptó para la realización de la puesta en el ámbito natural de los personajes de la obra. La obra se repuso en el mismo espacio en septiembre del 2010.
  • “Las tejedoras” se estrenó en junio de 2009 en Mimoteatro Escobar Lerchundi, Defensa 611, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, estando en cartel los meses de junio y julio.
elenco de las tejedoras

Autor: Darío Semino
Dirección: María Fernanda Catullo
Isaura: Nadia Cantó
Angélica: Estefanía Revas
Adivina: Luisina Lorenzo // María Fernanda Catullo
Coro de Ilusiones-Fantasmas-Recuerdos:
Nicolás Gallo, Luisina Lorenzo, Victoria Montanaro, Diego Semino
Diseño sonoro: Diego Montanaro
Fotografía y Diseño Gráfico: Agostina Centurión
Asistente de producción: Matías Palumbo
Prensa: Laura Castillo

Sin dudas lo más fuerte, lo que me produjo sensaciones más movilizantes, fue el manejo del espacio: gritar desde la cocina, salir a la calle, que te dejen solo en el living vacío, la noche, el día, las visitas, los sueños, los recuerdos.


Las tejedoras - por Luciano Alajarín


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"Cuando una buena historia se junta con excelentísimos actores, cuando el guión es fluido e inteligente, todo se da –redondito-, y uno disfruta de una gran obra."


A dos agujas. El arte de tejer y de gustar - por Ariana Perez Artaso


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"...la obra deviene casi en policial: hay un secreto, una conspiración para cometer un delito y un desbaratamiento del mismo porque nadie ha olvidado todo lo que debía olvidar."


Las tejedoras - por Teresa Gatto


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"El texto de las Tejedoras parte de una lectura de la tragedia griega, principalmente de la Orestíada de Esquilo, cuyo coro de erinias fue una poderosa inspiración para el coro de voces-sueños-alucinaciones de Angélica."


Vuelven al barrio "Las tejedoras" - por Carlos Davis


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Las tejedoras - por Luciano Alajarín


Siempre he sido bastante curioso. Muchas veces me distraigo escuchando conversaciones ajenas en el colectivo o el subte. Mientras camino por la calle y puedo husmear alguna ventana imagino la vida de las personas que habitan o transitan por esa casa. ¿Y si alguna vez pudiera hacerme invisible? Me sentaría en la mesa a escuchar a esa pareja de ancianos a los que siempre creí casados hasta que una amiga me contó que eran hermanos. O tal vez, miraría como descarga las bolsas en su cocina la señora que corre de negocio en negocio y susurra cosas inaudibles.

Bueno, un poco con esta fantasía me permitió jugar Las tejedoras. La historia nos va develando, con un ritmo bien llevadito, qué hay detrás de la tensión entre estas dos hermanas de barrio, con historias oscuras pero que a cualquiera de nosotros nos podrían resultar cercanas. Las actuaciones están muy interesantes y es una obra extensa pero con un manejo de las intensidades que me mantuvieron siempre adentro (literalmente adentro) de la situación.

Sin dudas lo más fuerte, lo que me produjo sensaciones más movilizantes, fue el manejo del espacio: gritar desde la cocina, salir a la calle, que te dejen solo en el living vacío, la noche, el día, las visitas, los sueños, los recuerdos. Allí, con pocos recursos materiales (los que puede haber en muchas casas), todo eso …

¿Se imaginan el lugar? Una interesante propuesta investigativa… Muy recomendable.

Publicado en: resenasdecineyvida.blogspot.com

A dos agujas. El arte de tejer y de gustar - por Ariana Perez Artaso


El pasado sábado 13 junio se estrenó en el Mimoteatro Escobar – Lerchundi, Las Tejedoras, obra escrita por Darío Semino y dirigida por María Fernanda Catullo, tejiéndose en el escenario y desplegando su belleza. Poco queda por decir. Cuando una buena historia se junta con excelentísimos actores, cuando el guión es fluido e inteligente, todo se da –redondito-, y uno disfruta de una gran obra.

Las Tejedoras, dirigida por María Fernanda Catullo y escrita por Darío Semino es una pieza de encastre, un rompe cabezas, un mecanismo de relojería en el que todo funciona: algunas manivelas generan suspenso y nos intrigan, ciertas roscas nos distraen y hacen seguir caminos que, para nuestra sorpresa, no son correctos ni errados. Tornillos, ajustando cada pieza, nos hacen reír y disfrutar. La maquinaria de esta obra es completa y eficiente; a Las Tejedoras no le falta nada porque en cada movimiento nos da todo, con esa generosidad que tiene el arte y que a veces –por mezquindad, distracción o falta de gracia- se nos pierde; desencuentro recurrente entre artistas y públicos.

Pero en esta casona derruida y habitada por Angélica e Isaura –o Catalina, quién sabe a esta altura-, sólo se dan reconfortantes encuentros: miramos, porque ciertamente tienen algo que decir, algo que mostrar; el buen teatro en el escenario.

Las dos mujeres, hermanas –por lo menos en apariencia-, pasan sus tardes intentando recordar un pasado intermitente. Tejiendo para vivir, entre supersticiones, interpretaciones de sueños, libros por fin leídos y algún que otro ladrón puntual -pero invisible-, los personajes nos internan en un mundo místico, paranoico y testarudo que, entre pantuflas y a dos agujas, nos atrapa como la manta con la que los demonios de estas tejedoras envuelven sus cuerpos, haciendo de lo conocido la inmersión en un confuso infierno.

Los mil fantasmas que habitan la casa, las mentes y la puesta toda, afilan desde un comienzo sus agujas, marcándonos el pulso de un corazón que no se acelera, y el latir de un tiempo que no pasa. Son ellos los que nos hacen pensar que ésta puede ser una obra psicológica. Difícil de encasillar, Las Tejedoras narra la historia de una misteriosa -y por algunos ambicionada- herencia en manos de Angélica, manos que tejen y destejen, generándonos la duda. La locura y la cordura se anudan en sus hilos que en vez de lana, parecieran estar hechos del material de la desgracia: amnésico y latente, como todo secreto.

Y poco queda por decir, porque cuando una obra resulta, resulta y no hay más vueltas.

Publicado en www.revistasiamesa.com.ar - junio - 2009

Las tejedoras - por Teresa Gatto


Dos hermanas coexisten en una casa que de tanto en tanto se puebla de ruidos y presencias fantasmales. Ellas, Angélica e Isaura, pasan sus días tejiendo una, hilando la otra, en medio de conversaciones aparentemente banales que van dando cuenta de algunas zonas de olvido aparentemente imputables a la menor. Así, Angélica, la mayor, en su rol de primogénita, cuida de esa hermana que parece haber olvidado el pasado. No recuerda a su madre fallecida casi al instante en que ella alumbró a la vida, como así tampoco a su padre. Estos datos y su constante incomodidad dan cuenta de una parcela de la historia de una familia que se destruyó y ya no existe. Estos olvidos de Isaura, son irreales, lo sabremos luego, y forman parte del secreto y no de la amnesia.

Lo espectros aparecen en la escena, provocando sombras y sospechas, prefiguran esas zonas pretéritas que no se dejan develar. De la misma manera, los afanes esotéricos, las lecturas de la borra de café y los referidos místicos, cargan al ambiente de un misterio que es un más allá de lo textual.

Angélica, la mayor y aparentemente más pragmática hace caso omiso de esas perturbadoras presencias/ausencias y se dedica a tejer y entregar los tejidos que proveen el sustento diario, aunque cree en revelaciones, pitonisas, etc.

Pero esos fantasmas, resultan indiciales para el espectador que prevé que la historia no será lineal. Hay mucho del pasado de esa familia que desconocemos.

Cuando caen todos los velos y se revela que nadie es quien dice ser, la apretada trama tejida en años de historia, da un viraje a la narración que se convierte en una intrincada madeja de traiciones, mentiras y secretos de muerte.

¿Quién lo ha olvidado todo? ¿La mayor? ¿La menor? ¿Qué es lo que se ha olvidado y qué lo que se quiere sacar a luz?

Hacia el final, una herencia de cuyo destino, sólo Angélica tiene el mapa, desenmascara los verdaderos parentescos, la verdadera amnesia traumática y la codicia como uno de los motores de la acción.

La puesta en escena tiende a generar un clima de suspenso en el que se filtran toques de humor sutil y efectivo. Las actrices Nadia Cantó y Estefanía Revas, juegan sus personajes con gran solvencia y regularidad ya que la obra las tiene en escena casi todo el tiempo y por el tipo textual, las arroja a una soledad de la que salen airosas ya que no hay baches ni mesetas. Ambas sostienen orgánicamente a sus criaturas.

El espacio escénico es despojado, utilizando sólo los objetos que son rigurosamente necesarios para el accionar de los personajes, permitiendo así el recorrido de los fantasmas, que cada tanto pueblan la casa de rumores y sospechas del pasado. El diseño lumínico resulta efectivo, custodiando los claro-oscuros necesarios a la hora de lo espectral.

La dirección logra resolver la puesta, guiando a las actrices, a la hora de sostener más de una hora de una historia que no cuenta lo oculto del modo tradicional.

Con un cierto matiz psicologista, la obra deviene casi en policial: hay un secreto, una conspiración para cometer un delito y un desbaratamiento del mismo porque nadie ha olvidado todo lo que debía olvidar.

Publicado el 19-06-2009 en www.leedor.com

Vuelven al barrio "Las tejedoras" - por Carlos Davis


"Las Tejedoras" es la segunda obra de la Compañía Teatral Arteludovica. En esta oportunidad se han propuesto un desafío del cual quieren hacer partícipe al público concurrente. Adaptaron la obra al escenario natural que representa una vieja casa del barrio (Moreto 561, altura Juan B. Alberdi 4400), buscando de esta forma transitar espacios alternativos a los habituales, encarando como actores una experiencia de investigación. Para aquellos que se quieran quedar a charlar después de la obra, habrá vino y empanadas a precios accesibles, matizados, claro, con buena música.

Los actores que forman parte de Arteludovica prefieren no etiquetar su trabajo. Ni realistas, ni costumbristas, ni posmodernos, surrealistas, clasicistas o grotescos. La importancia de una obra de arte trasciende su catalogación, y el rechazo a encasillarla le otorga a los actores una libertad expresiva absoluta.

Según palabras de los propios integrantes de Arteludovica, su búsqueda apunta a la construcción de una estética propia en la que, hasta el momento, han definido los siguientes ejes:

Aceptación de las condiciones materiales de producción como punto de partida y no como limitación. Dadas las dificultades que surgen habitualmente a la hora de montar un espectáculo independiente consideramos que la postura más sensata es la de idear proyectos posibles.

Concepción de la dirección como el espacio en el que se construyen los lazos entre el texto, la puesta en escena y el público. La visión total de la obra y la definición de las líneas estéticas a seguir están en su órbita de trabajo. Por último, pero no por eso menos importante, es testigo y guía del proceso creativo.

Importancia de la actuación por sobre los otros elementos de la puesta en escena. Lo cual no implica que despreciemos esos elementos sino que los trabajamos a partir de su funcionalidad con la actuación y la idea general de la puesta. Inclusive la escritura del texto está subordinada a los actores, ya que nuestras obras fueron escritas para los integrantes de la compañía.

Oposición a la concepción del teatro como espectáculo trivial y efectista. Buscamos que nuestras obras dejen una huella en el espectador, que le brinden una experiencia intensa desde lo sensitivo, lo emocional y lo intelectual. A diferencia de las obras que se adaptan al público, empleando los mecanismos necesarios para producir un goce pasajero, nosotros intentamos que la obra utilice sus recursos para abrir en el espectador el camino hacia una reflexión crítica.

El texto de las Tejedoras parte de una lectura de la tragedia griega, principalmente de la Orestíada de Esquilo, cuyo coro de erinias fue una poderosa inspiración para el coro de voces-sueños-alucinaciones de Angélica. La puesta en escena, por su parte, recibe la influencia de Munch en la paleta de colores y en el maquillaje y máscaras utilizadas por el coro. En el trabajo gestual-corporal es clara la influencia de los Maestros Roberto Escobar e Igón Lerchundi.

Publicado el 18-06-2010 en la-floresta.com.ar